Se enganchó un pelo en la silla
al día siguiente lo vi
flotando en el viento y clavado con estacas.
Allí me senté durante horas
durante días
noches y mañanas
blancas y grises
e incoloras tardes.
Creí que el paisaje era otro
tal vez.
Lo cogí con finos dedos
y lo dejé marchar.
Sentada en esta silla
miro ahora como alza su vuelo.
Creí que mis ojos eran otros
tal vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario